Jeremías, 42
7. Pues bien, al cabo de diez días fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías.
7. Pues bien, al cabo de diez días fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías.
En Jeremiah 42, el remanente de Judá, dirigido por Joanan, consulta a Jeremías para averiguar si ir o no a Egipto en busca de seguridad. Jeremías busca la voluntad de Dios y responde que si permanecen en Judá, serán bendecidos, pero si van a Egipto, serán castigados. Sin embargo, se niegan a escuchar y deciden ir a Egipto. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas abordados en Jeremiah 42:
Jeremías 7:3: "Así dice el Señor de los anfitriones, el Dios de Israel: mejorar sus formas y acciones, y los haré vivir en este lugar". Este versículo muestra el mensaje de Dios al pueblo de Judá, alentándolos a arrepentirse y mejorar sus acciones para que puedan permanecer en su tierra.
Jeremías 26:13: "Ahora cambia sus vidas y conducta, y obedece la voz del Señor, su Dios, para que se arrepienta del mal que ha anunciado contra ti". Este versículo muestra cómo Jeremías insta a las personas a arrepentirse y cambiar sus vidas para evitar el castigo divino.
Jeremías 37:17: "Entonces el rey Zedequías lo había buscado y lo cuestionó en particular en su palacio, preguntando, ¿hay alguna palabra del Señor?" Este versículo muestra cómo Zedequías busca la Palabra de Dios a través de Jeremías.
Ezequiel 3:18: "Cuando le digo a un impío: seguramente morirás, y no te advertirás ni hablas para disuadirlo de sus malas formas de vivir, ese malvado morirá por su pecado, pero lo preguntaré que cuentas por ti ". Este versículo muestra cómo Dios cobra la responsabilidad de Jeremías con respecto al mensaje que debe transmitir a la gente.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no confíes en tu propio entendimiento; reconoce al Señor en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Este versículo enseña a confiar en Dios y buscar su voluntad en todas las situaciones en lugar de confiar en nuestra propia comprensión limitada.
“Sigamos o caminho que nos conduz a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina
