Talált 116 Eredmények: total

  • Suma total de las ciudades cedidas a los levitas en medio del territorio de los israelitas: cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. (Josué 21, 41)

  • El total de los que cayeron de Benjamín aquel día fue de veinticinco mil hombres, todos diestros en el manejo de la espada y hombres valientes. (Jueces 20, 46)

  • Urías, hitita. En total, treinta y siete. (II Samuel 23, 39)

  • Tamar, nuera de Judá, le dio a luz a Fares y Zéraj. En total, los hijos de Judá fueron cinco. (I Crónicas 2, 4)

  • Hijos de Zéraj: Zimrí, Etán, Hemán, Calcol y Dardá: cinco en total. (I Crónicas 2, 6)

  • (45 )En la tribu de Benjamín les dieron Gueba, Alémet y Anatot con sus ejidos. En total, trece ciudades. (I Crónicas 6, 60)

  • Hijos de Uzí: Yizrajías, padre de Miguel; Abdías, Joel, Yisías: cinco jefes en total, (I Crónicas 7, 3)

  • Sus hermanos, incluidos todos los clanes de Isacar, sumaban un total de 87.000 hombres: todos agrupados en sus genealogías. (I Crónicas 7, 5)

  • Los porteros que guardaban las entradas, hombres elegidos, sumaban en total 212, registrados por poblaciones. Los habían constituido en sus funciones David y Samuel, el vidente, como premio a su fidelidad. (I Crónicas 9, 22)

  • Éste es el total de combatientes equipados para la guerra, que se reunieron en torno a David para transferirle el reino de Saúl, según la orden del Señor: (I Crónicas 12, 24)

  • para dar a David cuenta del censo del pueblo: el total ascendía a un millón cien mil hombres en edad de guerra, en Israel, y cuatrocientos setenta mil en Judá. (I Crónicas 21, 5)

  • Hijos de Ladán: Yejiel, el primero; Zetán y Joel, tres en total. (I Crónicas 23, 8)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina