Talált 99 Eredmények: suyos
Saúl y sus hombres iban por un lado de la montaña, y David y los suyos por el otro. David se daba prisa para escapar de Saúl, y Saúl y sus hombres intentaban pasar al lado de David y de sus hombres para apoderarse de ellos. (I Samuel 23, 26)
Jirán mandó como tripulantes a servidores suyos, marineros expertos en las cosas del mar, que con los siervos de Salomón (I Reyes 9, 27)
Después de sepultarlo, dijo a sus hijos: "Cuando yo me muera, me enterraréis en la sepultura en que el hombre de Dios está enterrado; poned mis huesos junto a los suyos, (I Reyes 13, 31)
Los hombres de la ciudad de Nabot, los ancianos y los nobles conciudadanos suyos hicieron lo que les había mandado Jezabel, tal y como estaba escrito en las cartas que les había enviado. (I Reyes 21, 11)
Naamán respondió: "Tómalo". Insistió en que lo aceptara, metió la plata y las mudas de vestidos en dos sacos y se los dio a dos criados suyos, que se lo llevaron delante. (II Reyes 5, 23)
También eran dominios suyos: Etán, Ain, Rimón, Toquén y Asán: cinco ciudades. (I Crónicas 4, 32)
Abías y los suyos les causaron una gran derrota, en la que cayeron 500.000 hombres de Israel. (II Crónicas 13, 17)
Al regreso de la victoria sobre los edomitas, Amasías se trajo los dioses de Seír, los tomó como dioses suyos, se postró ante ellos y les quemó incienso. (II Crónicas 25, 14)
Los oficiales lo sacaron de su carro, lo subieron a otro de los suyos y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Fue sepultado en las sepulturas de sus padres. Todo Judá y Jerusalén guardó luto por Josías. (II Crónicas 35, 24)
Nuestra carne es igual que la de nuestros hermanos; nuestros hijos son como los suyos; y, sin embargo, nos vemos obligados a someter nuestros hijos y nuestras hijas a la esclavitud. Algunas de nuestras hijas son ya esclavas, sin que podamos impedirlo, ya que nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros". (Nehemías 5, 5)
mientras Bacbuquías y Uní, hermanos suyos, lo alternaban con aquéllos, según sus clases respectivas. (Nehemías 12, 9)
Hubo luto en el pueblo durante siete días. Antes de morir, repartió su hacienda entre los parientes de su marido y entre los suyos. (Judit 16, 24)