Talált 2537 Eredmények: rey

  • El Señor aniquila a sus contrarios, el altísimo truena desde el cielo; el Señor juzga los confines de la tierra, dará fuerza a su rey y levantará la frente de su ungido". (I Samuel 2, 10)

  • y le dijeron: "Tú eres ya viejo, y tus hijos no siguen tus caminos. Danos un rey para que nos gobierne, como tienen todas las naciones". (I Samuel 8, 5)

  • A Samuel le desagradó que le dijesen: "Danos un rey para que nos gobierne", y se puso a invocar al Señor. (I Samuel 8, 6)

  • Atiende su petición; pero adviérteles bien y hazles saber los derechos del rey que van a tener". (I Samuel 8, 9)

  • Samuel transmitió al pueblo que le pedía un rey las palabras del Señor. (I Samuel 8, 10)

  • Les dijo: "Éstos son los derechos del rey que va a reinar sobre vosotros: tomará a vuestros hijos, se servirá de ellos para sus carros y sus caballos y los hará correr ante su carro. (I Samuel 8, 11)

  • Entonces gritaréis contra el rey que vosotros mismos habéis elegido, pero el Señor no os atenderá". (I Samuel 8, 18)

  • Pero el pueblo no quiso escuchar a Samuel, y dijo: "No; queremos un rey, (I Samuel 8, 19)

  • y así seremos como todas las naciones; nuestro rey nos juzgará, marchará a nuestra cabeza y combatirá nuestros combates". (I Samuel 8, 20)

  • y el Señor le dijo: "Atiende su petición y pon un rey sobre ellos". Entonces Samuel dijo a los israelitas: "Id cada uno a vuestra ciudad". (I Samuel 8, 22)

  • Y vosotros rechazáis hoy a vuestro Dios, que os ha salvado de todas vuestras desgracias y peligros, al pedir que os ponga un rey sobre vosotros. Por tanto, presentaos ante el Señor por tribus y por clanes". (I Samuel 10, 19)

  • Samuel dijo a todo el pueblo: "Mirad al elegido del Señor. No hay nadie como él en todo el pueblo". Y todo el pueblo gritó: "¡Viva el rey!". (I Samuel 10, 24)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina