Talált 377 Eredmények: hijas de Sion
Éste fue el crimen de Sodoma, tu hermana, y de sus hijas: soberbia, gula y pereza; no socorrieron al pobre, al indigente, (Ezequiel 16, 49)
Mas yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaría y de sus hijas y tu propia suerte en medio de ellas, (Ezequiel 16, 53)
Tu hermana Sodoma y sus hijas serán restablecidas en su antiguo estado; Samaría y sus hijas serán restablecidas en su antiguo estado, y también tú y tus hijas seréis restablecidas en vuestra primera condición. (Ezequiel 16, 55)
Tú te acordarás de tu conducta y te avergonzarás de ella cuando recibas a tus hermanas mayores junto con las menores; yo te las daré como hijas, pero no en virtud de la alianza pactada contigo. (Ezequiel 16, 61)
"Hijo de hombre, había dos mujeres, hijas de una misma madre. (Ezequiel 23, 2)
Sus nombres eran: Oholá, la mayor, y Oholibá, su hermana. Fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Sus nombres correspondían: Oholá a Samaría, Oholibá a Jerusalén. (Ezequiel 23, 4)
Ellos descubrieron su desnudez, tomaron a sus hijos y a sus hijas y los mataron a espada. Samaría vino a ser un ejemplo para las naciones por el escarmiento que se hizo en ella. (Ezequiel 23, 10)
Desencadenaré mis celos contra ti y te tratarán con furor; te arrancarán la nariz y las orejas, y lo que quede de tu descendencia caerá a espada. Se llevarán a tus hijos y a tus hijas, y lo que en ti quede será pasto del fuego. (Ezequiel 23, 25)
La turba las apedreará y con sus espadas las cortarán en pedazos. Matarán a sus hijos y a sus hijas y prenderán fuego a sus casas. (Ezequiel 23, 47)
Di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Mirad, voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos, amor de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas, que habéis dejado, caerán a espada. (Ezequiel 24, 21)
Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fuerza, la alegría de sus glorias, la delicia de sus ojos, el amor de su alma, sus hijos y sus hijas, (Ezequiel 24, 25)
Y sus hijas, que están tierra adentro, serán pasadas a cuchillo. Y sabrán que yo soy Dios. (Ezequiel 26, 6)