Talált 84 Eredmények: hierro

  • Tarsis comerciaba contigo por tus riquezas de todo género; con plata, hierro, estaño y plomo pagaba tus mercancías. (Ezequiel 27, 12)

  • Vedán y Jayin, desde Uzal, te abastecían de hierro forjado, de canela y caña a cambio de tus mercancías. (Ezequiel 27, 19)

  • las piernas, de hierro, y los pies, parte de hierro y parte de arcilla. (Daniel 2, 33)

  • Tú seguías mirando; de pronto una piedra se desprendió de un monte sin intervención humana alguna, alcanzó a la estatua en los pies de hierro y arcilla y los pulverizó. (Daniel 2, 34)

  • Entonces se hizo pedazos todo: el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y fueron arrebatados por el viento sin que quedara rastro alguno de ellos; en cambio, la piedra que había herido a la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó la tierra entera. (Daniel 2, 35)

  • Y, finalmente, un cuarto imperio, que será fuerte como el hierro; el hierro lo aplasta y pulveriza todo; así aquél aplastará y pulverizará a todos los otros. (Daniel 2, 40)

  • En cuanto a lo que viste, que los pies y los dedos eran parte de arcilla y parte de hierro, esto significa que era un reino dividido, aunque tendrá ciertamente la consistencia del hierro, ya que viste el hierro mezclado con la arcilla; (Daniel 2, 41)

  • y el que los dedos de los pies fueran parte de hierro y parte de arcilla quiere decir que una parte del imperio será resistente y otra parte, en cambio, frágil. (Daniel 2, 42)

  • El hecho de haber visto tú el hierro mezclado con la arcilla significa que se mezclarán entre sí por simiente humana, pero no formarán un cuerpo uno con otro, de la misma manera que el hierro no se amalgama con la arcilla. (Daniel 2, 43)

  • tal como has visto, que una piedra se desprendió, sin intervención humana, del monte, y pulverizó el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El Dios grande ha manifestado al monarca lo que sucederá en el futuro. El sueño es verdadero, y digna de fe su interpretación". (Daniel 2, 45)

  • Pero dejad en tierra el tocón con sus raíces; sea atado con cadenas de hierro y bronce entre la hierba del campo. Caiga sobre él el rocío del cielo, comparta con las bestias salvajes la hierba del suelo. (Daniel 4, 12)

  • El rey ha visto también bajar del cielo un vigilante, un santo, que decía: Derribad el árbol y hacedlo trozos, pero dejad el tocón con sus raíces en la tierra y sea atado entre la hierba del campo con cadenas de bronce y hierro, bañado por el rocío del cielo y comparta la suerte con los animales salvajes hasta que hayan pasado por él siete períodos. (Daniel 4, 20)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina