Talált 709 Eredmények: corazón

  • Eliab, su hermano mayor, oyó a David hablar con la gente, montó en cólera y le dijo: "¿Por qué has venido aquí? ¿A quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Conozco bien tu orgullo y la malicia de tu corazón. Has venido sólo para ver la batalla". (I Samuel 17, 28)

  • Por la mañana, cuando se le había pasado ya la borrachera, le contó todo lo sucedido. Entonces se le paralizó el corazón, y él se quedó como una piedra. (I Samuel 25, 37)

  • Cuando Saúl vio el campamento de los filisteos, tuvo miedo y su corazón se llenó de angustia. (I Samuel 28, 5)

  • Abner dijo a David: "Me voy a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey. Ellos harán un pacto según los deseos de tu corazón". David despidió a Abner, que se marchó en paz. (II Samuel 3, 21)

  • Cuando el arca del Señor llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, estaba mirando por la ventana y, al ver al rey David saltando y bailando, lo despreció en su corazón. (II Samuel 6, 16)

  • Joab, hijo de Sarvia, se dio cuenta de que el corazón del rey se había inclinado hacia Absalón. (II Samuel 14, 1)

  • Así procedía Absalón con todos los israelitas que venían a pedir justicia al rey, y así ganaba el corazón de los israelitas. (II Samuel 15, 6)

  • Uno fue a informar a David: "El corazón de toda la gente de Israel se va tras Absalón". (II Samuel 15, 13)

  • Y entonces, aun el más valiente, el que tiene el corazón semejante al del león, perdería el ánimo; porque todo Israel sabe que tu padre es un valiente y que los que están con él son también valientes. (II Samuel 17, 10)

  • Joab respondió: "No quiero perder el tiempo contigo". Agarró tres dardos y los clavó en el corazón de Absalón, que todavía estaba vivo en la encina. (II Samuel 18, 14)

  • Levántate, sal y habla al corazón de tus soldados; porque te juro por el Señor que, si no sales, no quedará contigo esta noche ni un solo hombre, y esto sería para ti el mayor de todos los males que hayan venido sobre ti desde tu juventud hasta hoy". (II Samuel 19, 8)

  • para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: Si tus hijos cumplen con su deber, andando en mi presencia fielmente con todo su corazón y toda su alma, no te faltará jamás alguien que se siente sobre el trono de Israel. (I Reyes 2, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina