Talált 960 Eredmények: ciudad de refugio
Cuando las gentes de Ay volvieron la vista atrás, vieron una humareda que subía de la ciudad hasta el cielo. Ya no pudieron ponerse a salvo por ningún lado, porque los israelitas que huían hacia el desierto se volvieron contra ellos. (Josué 8, 20)
Josué y todo el pueblo, al ver que los de la emboscada habían tomado la ciudad y que le habían prendido fuego, se volvieron y atacaron a las gentes de Ay. (Josué 8, 21)
Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de suerte que las gentes de Ay quedaron en medio de los israelitas, que los derrotaron hasta no dejar ni un superviviente ni un fugitivo. (Josué 8, 22)
Cuando terminaron de matar a todos los de Ay que habían salido al campo en su persecución, los israelitas se volvieron a la ciudad y la pasaron a cuchillo. (Josué 8, 24)
Los israelitas tomaron como botín solamente el ganado y lo que quedaba en la ciudad, tal como el Señor había ordenado a Josué. (Josué 8, 27)
Al rey de Ay lo colgó de un árbol hasta la tarde; a la puesta del sol mandó que descolgaran el cadáver y lo tiraran a la puerta de la ciudad. Y echaron sobre él un gran montón de piedras, que todavía existe hoy. (Josué 8, 29)
se llenó de miedo, porque Gabaón era una ciudad importante, una de las ciudades reales, más grande que Ay, y todos sus habitantes eran valientes. (Josué 10, 2)
y como ninguna ciudad había hecho las paces con los israelitas, a excepción de los heveos, que vivían en Gabaón, a todas las pasó por las armas. (Josué 11, 19)
desde Aroer, a orillas del río Arnón, y desde la ciudad que está en medio del valle, toda la llanura de Madabá hasta Dibón; (Josué 13, 9)
Sus límites fueron desde Aroer, a orillas del río Arnón, y desde la ciudad que está en medio del valle, toda la llanura hasta Madabá, (Josué 13, 16)
Nibsán, Ciudad de la Sal y Engadí; seis ciudades con sus aldeas. (Josué 15, 62)
Volvía, plegándose por el oeste hacia el sur, desde la montaña que está frente a Bejorón, al sur, y terminaba en Quiriat Yearín, ciudad de Judá. Éste era el límite occidental. (Josué 18, 14)