Talált 236 Eredmények: Ellas

  • En aquel entonces había gigantes en la tierra (y también después), cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres, y ellas les daban hijos. Éstos son los héroes de antaño, hombres famosos. (Génesis 6, 4)

  • Escuchad: Yo tengo dos hijas vírgenes; os las voy a sacar fuera, y haced con ellas lo que queráis; pero no hagáis nada a estos hombres, puesto que han entrado a la sombra de mi tejado". (Génesis 19, 8)

  • Buscó varas verdes de álamo, almendro y plátano, las descortezó e hizo en ellas franjas blancas, dejando así al descubierto lo blanco de las varas. (Génesis 30, 37)

  • Cuando las reses robustas se encelaban, Jacob ponía las varas delante de ellas, para que se apareasen a vista de las varas. (Génesis 30, 41)

  • Labán respondió a Jacob: "Estas mujeres son mis hijas, estos muchachos mis nietos, estas ovejas mis ovejas y todo lo que ves es mío. ¿Qué podría hacer yo hoy a estas hijas mías y a los hijos que ellas han engendrado? (Génesis 31, 43)

  • Si maltratas a mis hijas o tomas otras mujeres además de ellas, aunque nadie lo vea, Dios será testigo entre nosotros dos". (Génesis 31, 50)

  • Detrás de ellas subieron del Nilo otras siete vacas escuálidas y flacas, que se pusieron junto a las primeras en la ribera del Nilo. (Génesis 41, 3)

  • y otras siete, raquíticas y quemadas por el viento del este, brotaban después de ellas. (Génesis 41, 6)

  • Detrás de ellas subieron otras siete vacas escuálidas y flacas, tan raquíticas que no he visto otras semejantes en todo Egipto. (Génesis 41, 19)

  • Después de ellas brotaron otras siete espigas marchitas, raquíticas y quemadas por el viento del este. (Génesis 41, 23)

  • recojan todos los víveres de estos años buenos que vienen, almacenen el trigo bajo la autoridad del Faraón, depositen los víveres en las ciudades y los guarden en ellas. (Génesis 41, 35)

  • y las pasarás por los anillos de los lados del arca para llevarla por medio de ellas. (Exodo 25, 14)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina