Talált 428 Eredmények: fiesta de los judíos

  • Cada sábado en la sinagoga discutía, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos. (Hechos 18, 4)

  • Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se dedicó enteramente a la Palabra, dando testimonio ante los judíos de que el Cristo era Jesús. (Hechos 18, 5)

  • Siendo Galión procónsul de Acaya se echaron los judíos de común acuerdo sobre Pablo y le condujeron ante el tribunal (Hechos 18, 12)

  • Iba Pablo a abrir la boca cuando Galión dijo a los judíos: «Si se tratara de algún crimen o mala acción, yo os escucharía, judíos, con calma, como es razón. (Hechos 18, 14)

  • Arribaron a Efeso y allí se separó de ellos. Entró en la sinagoga y se puso a discutir con los judíos. (Hechos 18, 19)

  • pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que el Cristo era Jesús. (Hechos 18, 28)

  • Esto duró dos años, de forma que pudieron oír la Palabra del Señor todos los habitantes de Asia, tanto judíos como griegos. (Hechos 19, 10)

  • Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron también invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, y decían: «Os conjuro por Jesús a quien predica Pablo.» (Hechos 19, 13)

  • Llegaron a enterarse de esto todos los habitantes de Efeso, tanto judíos como griegos. El temor se apoderó de todos ellos y fue glorificado el nombre del Señor Jesús. (Hechos 19, 17)

  • Algunos de entre la gente aleccionaron a Alejandro a quien los judíos habían empujado hacia delante. Alejandro pidió silencio con la mano y quería dar explicaciones al pueblo. (Hechos 19, 33)

  • Pasó allí tres meses. Los judíos tramaron una conjuración contra él cuando estaba a punto de embarcarse para Siria; entonces él tomó la determinación de volver por Macedonia. (Hechos 20, 3)

  • sirviendo al Señor con toda humildad y lágrimas y con las pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos; (Hechos 20, 19)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina