Talált 106 Eredmények: pesar

  • Mis ojos están extenuados por el pesar y envejecidos a causa de la opresión. (Salmos 6, 8)

  • ¿Hasta cuándo mi alma estará acongojada y habrá pesar en mi corazón, día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo prevalecerá sobre mí? (Salmos 13, 3)

  • de nada sirven los caballos para la victoria: a pesar de su fuerza no pueden salvar. (Salmos 33, 17)

  • sí, yo confieso mi culpa y estoy lleno de pesar por mi pecado. (Salmos 38, 19)

  • ¿Podrán librarse a pesar de su maldad? ¡Derriba a esa gente, Dios mío, con tu enojo! (Salmos 56, 8)

  • A pesar de todo, volvieron a pecar y no creyeron en sus maravillas; (Salmos 78, 32)

  • Señor de los ejércitos, ¿hasta cuándo durará tu enojo, a pesar de las súplicas de tu pueblo? (Salmos 80, 5)

  • y cómo gracias a su habilidad y constancia, se habían apoderado de todo el territorio, a pesar de ser un lugar muy distante. Asimismo, a los reyes que habían venido a combatirlos desde los confines de la tierra, los habían derrotado, aplastándolos completamente, mientras que los restantes les pagaban tributo cada año. (I Macabeos 8, 4)

  • A pesar de su desaliento, dijo a los que habían quedado: "Ataquemos lo mismo a nuestros enemigos: tal vez podamos hacerles frente". (I Macabeos 9, 8)

  • En cuanto a Jope y a Gázara, las ciudades que tú reclamas, eran ellas precisamente las que causaban graves daños al pueblo y asolaban el país. A pesar de todo, te daremos por ellas cien talentos". Atenobio no le respondió nada, (I Macabeos 15, 35)

  • a pesar de las reclamaciones de Sóstrates, el prefecto de la Acrópolis, ya que a él le correspondía percibir los impuestos. Por este motivo, ambos fueron convocados por el rey. (II Macabeos 4, 28)

  • A pesar de esto, no cedía en lo más mínimo su arrogancia; por el contrario, siempre lleno de soberbia, y exhalando contra los judíos el fuego de su furor, mandaba acelerar la marcha. Pero mientras avanzaba velozmente, se cayó del carro y todos los miembros de su cuerpo quedaron lesionados por la violencia de la caída. (II Macabeos 9, 7)


“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina