Talált 109 Eredmények: Abismo

  • La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios aleteaba sobre las aguas. (Génesis 1, 2)

  • El abismo los cubrió, cayeron como una piedra en lo profundo del mar. (Exodo 15, 5)

  • Pero si el Señor realiza algo inusitado -si la tierra abre sus fauces para tragarlos con todos sus bienes y ellos bajan vivos al Abismo- ustedes sabrán que esta gente ha despreciado al Señor". (Números 16, 30)

  • Ellos bajaron vivos al Abismo, con todo lo que les pertenecía. La tierra los cubrió y desaparecieron de en medio de la asamblea. (Números 16, 33)

  • Porque se ha encendido el fuego de mi ira y arderá hasta el fondo del abismo; consumirá la tierra y sus cosechas y abrasará los cimientos de las montañas. (Deuteronomio 32, 22)

  • El Señor da la muerte y la vida, hunde en el Abismo y levanta de él. (I Samuel 2, 6)

  • me cercaron los lazos del Abismo, las redes de la Muerte llegaron hasta mí. (II Samuel 22, 6)

  • Obra conforme a tu sabiduría, y no dejes que sus cabellos blancos bajen en paz al Abismo. (I Reyes 2, 6)

  • Ahora no lo dejes sin castigo, porque eres un hombre sensato y sabes cómo deberás tratarlo para que sus cabellos blancos bajen ensangrentados al Abismo". (I Reyes 2, 9)

  • Abriste ante ellos el mar, y ellos lo cruzaron sin mojarse los pies; pero a sus perseguidores los hundiste en el abismo, como una piedra en las aguas caudalosas. (Nehemías 9, 11)

  • En cualquier circunstancia bendice al Señor, tu Dios; pídele que dirija tus pasos y que todos tus caminos y todos tus proyectos lleguen a feliz término. Porque ningún pueblo posee la sabiduría, sino que es el Señor el que da todos los bienes: él humilla a quien quiere, hasta lo más profundo del Abismo. Hijo mío, acuérdate de estos preceptos, y que nunca se borren de tu corazón. (Tobías 4, 19)

  • Porque él castiga y tiene compasión, hace bajar hasta el Abismo y hace subir de la gran Perdición, sin que nadie escape de su mano. (Tobías 13, 2)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina