Talált 2344 Eredmények: todo es vanidad

  • En cambio esa gente insulta y desprecia todo lo que no pueden entender, y lo que conocen por instinto como los animales, lo utilizan para su corrupción. (2º Carta de Pedro 3, 10)

  • Ellos les decían que al final de los tiempos aparecerán hombres que se burlarán de todo y no tendrán en cuenta a Dios, sino que se dejarán llevar por sus pasiones. (2º Carta de Pedro 3, 18)

  • Al Dios único que puede preservarlos de todo pecado y presentarlos alegres y sin mancha ante su propia Gloria; (2º Carta de Pedro 3, 24)

  • En cambio, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo pecado. (1º Carta de Juan 1, 7)

  • pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado. (1º Carta de Juan 2, 27)

  • Si saben que él es el Justo, reconozcan que todo el que practica la justicia ha nacido de Dios. (1º Carta de Juan 2, 29)

  • El que peca demuestra ser un rebelde; todo pecado es rebeldía. (1º Carta de Juan 3, 4)

  • Pues si nuestra conciencia nos reprocha, pensemos que Dios es más grande que nuestra conciencia, y que lo conoce todo. (1º Carta de Juan 3, 20)

  • Entonces, todo lo que pidamos, nos lo concederá, porque guardamos sus mandatos y hacemos lo que le agrada. (1º Carta de Juan 3, 22)

  • ¿Quieren reconocer al espíritu de Dios? Todo espíritu que reconoce a Jesús como el Mesías que ha venido en la carne, habla de parte de Dios. (1º Carta de Juan 4, 2)

  • Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. (1º Carta de Juan 4, 7)

  • Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Si amamos al que da la vida, amamos también a quienes han nacido de él; (1º Carta de Juan 5, 1)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina