Talált 182 Eredmények: piedra

  • Jesús les dijo: «Mírenlo bien, porque llegarán días en que todo eso será arrasado y no quedará piedra sobre piedra.» (Evangelio según San Lucas 21, 6)

  • Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba (Evangelio según San Lucas 22, 41)

  • Pero se encontraron con una novedad: la piedra que cerraba el sepulcro había sido removida, (Evangelio según San Lucas 24, 2)

  • Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan, pero te llamarás Kefas» (que quiere decir Piedra). (Evangelio según San Juan 1, 42)

  • Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. (Evangelio según San Juan 2, 6)

  • Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: «Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra.» (Evangelio según San Juan 8, 7)

  • Jesús, conmovido de nuevo en su interior, se acercó al sepulcro. Era una cueva cerrada con una piedra. (Evangelio según San Juan 11, 38)

  • Jesús ordenó: «Quiten la piedra.» Marta, hermana del muerto, le dijo: «Señor, ya tiene mal olor, pues lleva cuatro días.» (Evangelio según San Juan 11, 39)

  • Y quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: «Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. (Evangelio según San Juan 11, 41)

  • El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. (Evangelio según San Juan 20, 1)

  • El es la piedra que ustedes los constructores despreciaron, y que se ha convertido en piedra angular. (Hecho de los Apóstoles 4, 11)

  • Si de verdad somos del linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a las creaciones del arte y de la fantasía humanas, ya sean de oro, plata o piedra. (Hecho de los Apóstoles 17, 29)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina