Talált 182 Eredmények: piedra

  • Terminado de leer el libro, lo atarás a una piedra y lo tirarás al Eufrates, (Jeremías 51, 63)

  • Quebró mis dientes con una piedra, me revolcó en la ceniza. (Lamentaciones 3, 16)

  • Los muchachos arrastraron la piedra de moler, bajo la carga de leña se han encorvado las niñas. (Lamentaciones 5, 13)

  • Ahora bien, ustedes verán en Babilonia dioses de oro, de plata, de piedra y de madera, llevados a hombros, que causan un temor respetuoso a las gentes. (Baruc 6, 3)

  • Son semejantes a las piedras del monte esos dioses de madera, de piedra, de oro, de plata. Los que los adoran serán confundidos. (Baruc 6, 38)

  • No se librarán de ladrones ni de salteadores esos dioses de madera y de piedra, dorados y plateados; seguramente aquéllos pueden más que ellos, y les quitarán el oro, y la plata, y el vestido de que están cubiertos, y se marcharán sin que los ídolos puedan defenderse a sí mismos. (Baruc 6, 57)

  • Sobre ésta se veía como una piedra de zafiro en forma de trono y, en esta forma de trono, a un ser que tenía una apariencia humana en su parte superior. (Ezequiel 1, 26)

  • Si el justo deja de hacer el bien y comete la injusticia, pondré una piedra delante de él para que se caiga y morirá. Si tú no se lo has advertido, morirá a causa de su pecado, se olvidarán de las buenas acciones que haya hecho, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. (Ezequiel 3, 20)

  • En ese momento vi que en la plataforma, por encima de los querubines, había una piedra de zafiro en forma de trono. (Ezequiel 10, 1)

  • Les daré un corazón nuevo y pondré en su interior un espíritu nuevo. Quitaré de su carne su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. (Ezequiel 11, 19)

  • los cascos de tus caballos resonarán en tus baldosas. Matarán a tu pueblo a filo de espada y tus columnas de piedra serán echadas al suelo. (Ezequiel 26, 11)

  • Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne. (Ezequiel 36, 26)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina