Talált 182 Eredmények: piedra

  • «El que haga caer a uno de estos pequeños que creen en mí, sería mejor para él que le ataran al cuello una gran piedra de moler y lo echaran al mar. (Evangelio según San Marcos 9, 42)

  • Y Jesús añadió: «¿No han leído el pasaje de la Escritura que dice: La piedra que rechazaron los constructores, ha llegado a ser la piedra principal del edificio. (Evangelio según San Marcos 12, 10)

  • Jesús le respondió: «¿Ves esas grandiosas construcciones? Pues no quedará de ellas piedra sobre piedra. Todo será destruido.» (Evangelio según San Marcos 13, 2)

  • José lo bajó de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado, lo colocó en un sepulcro excavado en la roca e hizo rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba. (Evangelio según San Marcos 15, 46)

  • «¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?» (Evangelio según San Marcos 16, 3)

  • Pero cuando miraron, vieron que la piedra había sido retirada a un lado, a pesar de ser una piedra muy grande. (Evangelio según San Marcos 16, 4)

  • Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan.» (Evangelio según San Lucas 4, 3)

  • y también: Ellos te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece en ninguna piedra.» (Evangelio según San Lucas 4, 11)

  • Mejor sería que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, antes que hacer caer a uno de estos pequeños. (Evangelio según San Lucas 17, 2)

  • Te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has reconocido el tiempo ni la visita de tu Dios.» (Evangelio según San Lucas 19, 44)

  • Jesús, fijando su mirada en ellos, les dijo: «¿Qué significan entonces esas palabras de la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha venido a ser la piedra principal. (Evangelio según San Lucas 20, 17)

  • El que caiga sobre esta piedra se hará pedazos, y al que le caiga encima quedará aplastado?» (Evangelio según San Lucas 20, 18)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina