Talált 744 Eredmények: gente

  • Mientras se recreaban, los hombres de la ciudad, gente malvada, cercaron la casa y golpeando la puerta dijeron al anciano, dueño de la casa: «Haz salir al hombre que ha entrado en tu casa para que nos divirtamos con él.» (Jueces 19, 22)

  • Esto es lo que hemos de hacer con la gente de Guibea. Echaremos suertes (Jueces 20, 9)

  • Así se juntó contra la ciudad toda la gente de Israel como un solo hombre. (Jueces 20, 11)

  • Entréguennos, pues, a esa gente, esos malvados de Guibea, para que los matemos y desaparezca el mal de Israel.» Pero los benjaminitas no quisieron hacer caso a sus hermanos israelitas. (Jueces 20, 13)

  • La gente de Israel hizo también el censo. Sin contar a Benjamín, eran cuatrocientos mil hombres capaces de manejar la espada, todos hombres de guerra. (Jueces 20, 17)

  • Israel puso gente emboscada alrededor de Guibea. (Jueces 20, 29)

  • Entonces salieron los hijos de Benjamín a su encuentro, pero los de Israel les cortaron el paso para volver a la ciudad. Comenzaron como las otras veces a matar gente de Israel por los caminos que suben uno a Betel y otro a Guibea: mataron como a treinta hombres. (Jueces 20, 31)

  • La gente de Israel se había puesto de acuerdo con los emboscados en que éstos harían salir de la ciudad muchas señales de humo. (Jueces 20, 38)

  • Volvieron la espalda ante la gente de Israel y huyeron camino del desierto, pero la batalla se les echó encima y los que venían de la ciudad los exterminaban. (Jueces 20, 42)

  • Y volvió la gente de Benjamín. Les dieron las mujeres de Jabés de Galaad que habían quedado con vida, pero no hubo suficientes para todos. (Jueces 21, 14)

  • Y continuando el camino llegaron las dos a Belén. Todo la gente se impresionó al verlas llegar. (Rut 1, 19)

  • Pues bien, Booz, nuestro pariente, con cuya gente has estado trabajando, va a trillar la cebada esta tarde. Tú debes, por lo tanto, hacer lo siguiente: (Rut 3, 2)


“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina