Talált 107 Eredmények: final del viaje

  • Tobías entró muy contento, bendiciendo al Señor. Luego contó al padre el éxito de su viaje, cómo consiguió el dinero, y su matrimonio con Sara, hija de Ragüel, que venía ya cerca de las puertas de Nínive. (Tobías 11, 15)

  • su corazón está firme, nada teme, al final, despreciará a sus adversarios. (Salmos 112, 8)

  • Señor, enséñame el camino de tus preceptos, que los quiero seguir hasta el final. (Salmos 119, 33)

  • de tal modo que olvidaran la Ley y cambiaran todas sus costumbres. Al final, el decreto decía: (1 Macabeos 1, 49)

  • Los enviados de Judá partieron a Roma, donde llegaron después de un viaje largo. Allí entraron en el Senado y tomaron la palabra, diciendo: (1 Macabeos 8, 19)

  • Por último, tuvo un final desastroso; acusado ante Aretas, rey de los árabes, huyendo de ciudad en ciudad, perseguido por todos, despreciado como renegado de las leyes y odiado como verdugo de la patria y de sus conciudadanos, fue desterrado a Egipto. (2 Macabeos 5, 8)

  • Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir. Mandó al conductor de su carro que apresurara la marcha y no parara hasta terminar el viaje. Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.» (2 Macabeos 9, 4)

  • Mi marido no está en casa, salió de viaje a un lugar lejos de aquí; se llevó el dinero y no volverá a casa hasta la luna llena". (Proverbios 7, 19)

  • A algunos su camino les parece recto, pero al final del camino está la muerte. (Proverbios 14, 12)

  • Atiende a los consejos, acepta la enseñanza, al final serás un sabio. (Proverbios 19, 20)

  • Al final ¿qué provecho saca uno de sus afanes? (Eclesiastés (Qohelet) 3, 9)

  • Nacimos por pura casualidad, y cuando lleguemos al final será como si no hubiésemos existido. Nuestro soplo vital no es más que el vapor de nuestro aliento; nuestro pensamiento salta como una chispa del latido de nuestro corazón. (Sabiduría 2, 2)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina