Talált 213 Eredmények: estoy

  • Dirás a la gente de Israel, a esa banda de revoltosos: Esto dice Yavé: Estoy harto, pueblo de Israel, de todos los horrores (Ezequiel 44, 6)

  • Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo a cuatro hombres que se pasean libremente en medio del fuego, sin sufrir ningún daño, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses. (Daniel 3, 92)

  • - Yo sanaré su infidelidad, los amaré con todo el corazón pues ya no estoy enojado con ellos. (Oseas 14, 5)

  • y sabrán ustedes que yo estoy en medio de Israel, yo Yavé, su Dios, y no hay otro. Mi pueblo no será ya jamás confundido. (Joel 2, 27)

  • Pues bien me estoy fijando en ese reino pecador de Israel, decidido a exterminarlo de la tierra. Sin embargo no exterminaré totalmente la casa de Jacob, dice Yavé. (Amós 9, 8)

  • Pues ahora estoy dando órdenes para que se sacuda a Israel entre todas las naciones como se limpia el trigo en el harnero, sin que se pierda un solo grano. (Amós 9, 9)

  • Yo, al contrario, estoy lleno del espíritu de Yavé. El me da celo por la justicia, me llena de fuerza y de ánimo para denunciar a Jacob su pecado, para descubrir las faltas de Israel. (Miqueas 3, 8)

  • No te alegres de mi desgracia, oh enemiga mía, pues si he caído, me levantaré; si ahora estoy a oscuras, Yavé será mi luz. (Miqueas 7, 8)

  • Pero aquí estoy yo contra ti, dice Yavé Sebaot: yo convertiré en cenizas tus carros, y la espada acabará contus cachorros. La tierra no verá más tus cazas, y no se oirá más el grito de tus mensajeros. (Nahún 2, 14)

  • Aquí estoy contra ti, palabra de Yavé Sebaot, voy a alzar tus faldas hasta tu cara; mostraré a las naciones tu desnudez, y verán los reinos tus vergüenzas. (Nahún 3, 5)

  • En seguida Ageo, actuando como mensajero de Yavé y conforme a su misión, transmitió al pueblo esta palabra de Yavé: «Yo estoy con ustedes.» (Ageo 1, 13)

  • por eso estoy muy enojado con las naciones orgullosas; pues si bien yo estaba disgustado con Jerusalén, no era para que ellas llegaran a tanto. (Zacarías 1, 15)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina