Talált 333 Eredmények: derechos de las mujeres

  • Mientras que Esdras, postrado ante la Casa de Dios, lloraba, rezaba y hacía esta confesión, una inmensa muchedumbre de hombres, mujeres y niños de Israel se juntaron cerca de él; y este pueblo lloraba copiosamente. (Esdras 10, 1)

  • Nos hemos portado mal con nuestro Dios, al casarnos con mujeres extranjeras de entre los pueblos de este país, pero Israel no queda por esto sin esperanza. (Esdras 10, 3)

  • Entonces el sacerdote Esdras se levantó y dijo: «Al casarse con mujeres extranjeras han sido rebeldes, aumentando así el delito de Israel. (Esdras 10, 10)

  • Ahora reconozcan su pecado ante Yavé, Dios de sus padres y, para cumplir su voluntad, sepárense de la gente de esta tierra y de las mujeres extranjeras.» (Esdras 10, 11)

  • Nuestros jefes podrían representar a toda la asamblea. Los que en nuestras ciudades se hayan casado con mujeres extranjeras vendrían cada cierto tiempo, acompañados de los dirigentes locales y de los jueces de cada ciudad, hasta que hayamos apartado de nosotros el enojo de nuestro Dios por causa de este asunto.» (Esdras 10, 14)

  • El primer día del primer mes terminaron de atender todos los casos de judíos que se habían casado con mujeres extranjeras. (Esdras 10, 17)

  • De entre los sacerdotes que se habían casado con mujeres extranjeras estaban los siguientes: entre los hijos de Josué, hijo de Josadac, y entre sus hermanos: Maaseías, Eliezer, Yarib y Guedalías; (Esdras 10, 18)

  • éstos se comprometieron bajo juramento a despedir a sus mujeres y ofrecieron por su pecado un carnero en sacrificio de reparación. (Esdras 10, 19)

  • Todos éstos se habían casado con mujeres extranjeras y muchos de ellos tenían hijos de ellas. (Esdras 10, 44)

  • Yo les contesté: «El Dios de los Cielos nos dará éxito. Nosotros, sus siervos, vamos a ponernos a trabajar. En cuanto a ustedes, no tienen derechos, ni herencia, ni méritos de qué valerse en Jerusalén.» (Nehemías 2, 20)

  • Tenían miedo, pero me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Acuérdense del Señor, grande y formidable, y peleen por sus hermanos, hijos e hijas, por sus mujeres y sus casas.» (Nehemías 4, 8)

  • La gente del pueblo y sus mujeres presentaron quejas muy duras contra sus hermanos judíos. (Nehemías 5, 1)


“Os corações fortes e generosos não se lamentam, a não ser por grandes motivos e,ainda assim,não permitem que tais motivos penetrem fundo no seu íntimo.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina