Talált 198 Eredmények: Mandamientos

  • El que confía en la Ley pone atención en los mandamientos; el que obedece al Señor no sufrirá daño alguno. (Sirácides (Eclesiástico) 32, 24)

  • El que observa la Ley hace más que multiplicar las ofrendas; apegarse a los mandamientos es ofrecer un sacrificio de comunión. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 1)

  • Busca más bien la compañía de un verdadero creyente, que tú sepas que es respetuoso de los mandamientos, cuya alma está cerca de la tuya y que compartirá tu sufrimiento si tú fracasas. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 12)

  • por su sola palabra se multiplicaban los prodigios. El Señor lo glorificó en presencia de los reyes, le dio mandamientos para su pueblo y le dejó ver un reflejo de su gloria. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 3)

  • Le permitió que oyera su voz y lo introdujo en la nube oscura. Le habló cara a cara y le dio los mandamientos, esa ley revelada, ley de vida, para que enseñara la Alianza a Jacob, y sus decretos a Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 5)

  • El Señor le concedió el don de interpretar sus mandamientos y de pronunciarse cuando se trate de enseñar a Jacob sus decisiones, y de esclarecer a Israel con respecto a su Ley. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 17)

  • La tierra ha sido profanada por los pies de sus habitantes, que pasaron por alto las leyes, violaron los mandamientos y no cumplieron el contrato eterno. (Isaías 24, 5)

  • ¿Quién permitió que asaltaran a Jacob, o le robaran a Israel? ¿No fue Yavé, contra quien pecamos? Pues no quisieron seguir sus caminos y despreciaron sus mandamientos. (Isaías 42, 24)

  • Entonces tú les contestarás: «Porque sus padres me dejaron, dice Yavé, y se fueron con otros dioses sirviéndoles e hincándose ante ellos; y a mí me despreciaron y no observaron mis mandamientos. (Jeremías 16, 11)

  • Llegaron a ella y se adueñaron de ella, pero no escucharon tu voz ni se portaron de acuerdo a tus mandamientos. Y como no hicieron nada de lo que tú les habías ordenado, tú mandaste contra ellos todas estas calamidades. (Jeremías 32, 23)

  • Hasta ahora no han sentido ningún arrepentimiento ni miedo, ni se han portado según la Ley y los mandamientos, que yo había publicado delante de ustedes y de sus padres. (Jeremías 44, 10)

  • Todas las calamidades que están ustedes padeciendo ahora, han sido porque ustedes ofrecieron incienso y pecaron así contra Yavé, no haciendo caso a su palabra y no portándose de acuerdo a su Ley, a sus mandamientos y órdenes.» (Jeremías 44, 23)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina