Talált 172 Eredmények: Herencia

  • Un servidor astuto le ganará al hijo indigno; compartirá la herencia junto con los hijos. (Proverbios 17, 2)

  • Casa y bienes son herencia paterna, pero Yavé es quien da una esposa juiciosa. (Proverbios 19, 14)

  • ¡Que nadie de nosotros falte a nuestra comilonas; por todas partes dejaremos recuerdos de nuestras fiestas, pues esa es nuestra herencia y nuestra suerte. (Sabiduría 2, 9)

  • Había nacido como niño bien dotado, había recibido como herencia un alma buena; (Sabiduría 8, 19)

  • Gánate la confianza de tu prójimo mientras sea pobre, y si llega a ser rico disfrutarás con él de sus bienes. Sé fiel a él en los días difíciles, y cuando le llegue una herencia, compartirás con él. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 23)

  • Eché raíces en el pueblo glorificado por el Señor, en su dominio que es su herencia. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 12)

  • Cuando concluyan los días de tu vida, cuando llegue la hora de tu fin, entonces reparte la herencia. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 24)

  • Los hijos de los pecadores perderán su herencia, su raza arrastra una maldición. (Sirácides (Eclesiástico) 41, 6)

  • de mantener las cuentas claras con tus compañeros de viaje, de entregar a los extranjeros su parte de la herencia, (Sirácides (Eclesiástico) 42, 3)

  • Luego hizo reposar sobre la cabeza de Jacob la bendición para todos los hombres, lo mismo que la alianza; lo bendijo personalmente y le dio el país como herencia. Lo dividió en partes y las distribuyó entre las doce tribus. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 23)

  • Dios hizo mucho más aún por la gloria de Aarón; le dio a manera de herencia los primores de las cosechas, asegurándole así el pan en abundancia. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 20)

  • En cambio, nada tienen de herencia en la tierra de su pueblo, no tienen su parte con el pueblo; porque el Señor dijo: "Yo seré la parte que le toca en herencia". (Sirácides (Eclesiástico) 45, 22)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina