Talált 2533 Eredmények: Ama

• Cuando Moisés terminó de proclamar ante el pueblo todas las ordenanzas de la Ley, tomó sangre de terneros y de chivos, la mezcló con agua, lana roja e hisopo y roció el propio libro del testamento y al pueblo, diciendo: (Carta a los Hebreos 9, 19)

• Además, según la Ley, la purificación de casi todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado. (Carta a los Hebreos 9, 22)

• Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien. (Carta a los Hebreos 10, 24)

• Por la fe de Abel, su sacrificio fue mejor que el de su hermano Caín. Por eso fue considerado justo, como Dios lo dio a entender aprobando sus ofrendas. Y aun después de muerto, por su fe sigue clamando. (Carta a los Hebreos 11, 4)

• Por la fe Abrahán, llamado por Dios, obedeció la orden de salir para un país que recibiría en herencia, y partió sin saber adónde iba. (Carta a los Hebreos 11, 8)

• Pero no, aspiraban a una patria mejor, es decir, a la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de ellos ni de llamarse su Dios, pues él les preparó la ciudad. (Carta a los Hebreos 11, 16)

• Por la fe Moisés, ya crecido, se negó a ser llamado hijo de una hija del faraón, (Carta a los Hebreos 11, 24)

• Innumerables son estos testigos, y nos envuelven como una nube. Depongamos, pues, toda carga inútil, y en especial las amarras del pecado, para correr hasta el final la prueba que nos espera. (Carta a los Hebreos 12, 1)

• pues el Señor corrige al que ama y castiga al que recibe como hijo. (Carta a los Hebreos 12, 6)

• Cuídense, no sea que alguno de ustedes pierda la gracia de Dios y alguna raíz amarga produzca brotes, perjudicando a muchos. (Carta a los Hebreos 12, 15)

• a Jesús, el mediador de la nueva alianza, llevando la sangre que purifica y que clama a Dios con más fuerza que la sangre de Abel. (Carta a los Hebreos 12, 24)

• Que los bendiga el Dios de la paz que rescató de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor, Pastor Supremo de las ovejas por haber derramado la sangre de la Alianza eterna; (Carta a los Hebreos 13, 20)