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Sirácides (Eclesiástico), 5

6. No digas: "¡La misericordia del Señor es grande, perdonará mis pecados por numerosos que sean!". Porque en él se encuentran misericordia y reprobación; su cólera se deja caer sobre los pecadores.

Kapcsolódó versek Sirácides (Eclesiástico), 5:

Eclesiástico 5 habla sobre la importancia de cumplir con las promesas hechas a Dios, evitando hacer votos apresurados y tener precaución sobre los ricos y poderosos. Los versos seleccionados son:

Salmo 50:14-15: "Ofrezca el sacrificio de Dios del Día de Acción de Gracias y cumpla sus votos al Altísimo; Invocame el día de la angustia; te entregaré y me glorificaré". Este versículo enfatiza la importancia de cumplir con los votos hechos a Dios, como se aborda en el Capítulo 5 de Eclesiástico.

Eclesiastés 5:4-5: "Cuando haces cualquier voto, no te estás cumpliendo; porque no estás satisfecho con los tontos; lo que votas, lo paga. Mejor no es votar que los votos y no pavimentar". Este versículo refuerza la idea de que es mejor no hacer votos apresurados, pero si se hace, es importante cumplirlos completamente.

Salmo 62:10: "No confías en la opresión, ni te engañas con robo; si tus riquezas aumentan, no pongas el corazón en ellas". Este versículo destaca la importancia de tener precaución sobre los ricos y poderosos, como se menciona en el Capítulo 5 de Eclesiástico.

Proverbios 20:25: "Laço es que el hombre haga una promesa apresuradamente y solo entonces piense en lo que prometió". Este verso advierte contra hacer votos apresurados, recordándonos que es mejor pensar antes de prometer algo.

Proverbios 22:16: "El que oprime a los pobres para magnificarse y lo que le da al hombre rico seguramente empoblar". Este versículo enfatiza que aquellos que aprovechan a los pobres para su propio beneficio eventualmente sufren consecuencias. Esta enseñanza se relaciona con la idea de precaución sobre los ricos y poderosos, como se mencionó en el Capítulo 5 de Eclesiástico.





“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina