1. El Señor reina, tiemblan los pueblos; monta en querubines, la tierra se estremece.

2. En Sión el Señor es muy grande, exaltado por encima de todos los pueblos.

3. Que celebran tu nombre grande y terrible: "¡El es Santo!"

4. Rey poderoso, amante de la justicia, tú has establecido la rectitud, tú ejerces en Jacob el derecho y la sentencia justa.

5. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!

6. Moisés y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre: invocaban al Señor y él les respondía.

7. De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio.

8. Oh Señor, nuestro Dios, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios tolerante, pero no les dejabas pasar nada.

9. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!





“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina