Salmos, 34
7. Este pobre gritó y el Señor lo escuchó, y lo salvó de todas sus angustias.
7. Este pobre gritó y el Señor lo escuchó, y lo salvó de todas sus angustias.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina