Salmos, 144
12. Que nuestros hijos sean como plantas, florecientes en plena juventud; que nuestras hijas se asemejen a columnas, esculpidas como las de un palacio.
12. Que nuestros hijos sean como plantas, florecientes en plena juventud; que nuestras hijas se asemejen a columnas, esculpidas como las de un palacio.
“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina