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  • No abandonen las asambleas, como algunos acostumbran hacer, sino más bien anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día. (Carta a los Hebreos 10, 25)

  • Se fijó en que Dios retribuiría a cada uno, y consideró que ser humillado con Cristo tenía más valor que todas las riquezas de Egipto. (Carta a los Hebreos 11, 26)

  • Cuídense, no sea que alguno de ustedes pierda la gracia de Dios y alguna raíz amarga produzca brotes, perjudicando a muchos. (Carta a los Hebreos 12, 15)

  • No dejen de practicar la hospitalidad, pues saben que algunos dieron alojamiento a ángeles sin saberlo. (Carta a los Hebreos 13, 2)

  • Que todos respeten el matrimonio y ninguno manche la unión conyugal. Dios castigará a los licenciosos y a los que cometen adulterio. (Carta a los Hebreos 13, 4)

  • Si alguno de ustedes ve que le falta sabiduría, que se la pida a Dios, pues da con agrado a todos sin hacerse rogar. El se la dará. (Carta de Santiago 1, 5)

  • Que nadie diga en el momento de la prueba: «Dios me quiere echar abajo.» Porque Dios está a salvo de todo mal y tampoco quiere echar abajo a ninguno. (Carta de Santiago 1, 13)

  • Cada uno es tentado por su propia codicia, que lo arrastra y lo seduce; (Carta de Santiago 1, 14)

  • Si alguno se cree muy religioso, pero no controla sus palabras, se engaña a sí mismo y su religión no vale. (Carta de Santiago 1, 26)

  • Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe? (Carta de Santiago 2, 14)

  • Y sería fácil decirle a uno: «Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras. (Carta de Santiago 2, 18)

  • Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras y no sólo por la fe. (Carta de Santiago 2, 24)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina