pronađen 961 Rezultati za: hay

  • Habrá sufrimientos y angustias para todos los seres humanos que hayan hecho el mal, en primer lugar para el judío, y también para el griego. (Carta a los Romanos 2, 9)

  • Pues bien, tú que enseñas a los demás, ¿por qué no te instruyes a ti mismo? Dices que no hay que robar, ¡y tú robas! (Carta a los Romanos 2, 21)

  • No hay nadie bueno, ni siquiera uno. No hay ninguno sensato, nadie que busque a Dios. (Carta a los Romanos 3, 11)

  • Todos se han extraviado, ya no sirven para nada. No hay quien obre el bien, ni siquiera uno. (Carta a los Romanos 3, 12)

  • Mediante la fe según Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe. No hay distinción de personas, (Carta a los Romanos 3, 22)

  • No hay comparación entre lo que pasó con este pecador único y el don de Dios en la hora presente. La condenación procedía de una sentencia individual, pero ahora son rehabilitados una multitud de pecadores. (Carta a los Romanos 5, 16)

  • Así, pues, hay una muerte y es un morir al pecado de una vez para siempre. Y hay un vivir que es vivir para Dios. (Carta a los Romanos 6, 10)

  • Pero no hay sino muerte en lo que ansía la carne, mientras que el espíritu anhela vida y paz. (Carta a los Romanos 8, 6)

  • Pero hay otra justicia que es fruto de la fe, y dice así: No digas en tu corazón: ¿quién subirá al cielo? (era una manera de decir que Cristo bajaría de allí). (Carta a los Romanos 10, 6)

  • Así que no hay diferencia entre judío y griego; todos tienen el mismo Señor, que es muy generoso con todo el que lo invoca; (Carta a los Romanos 10, 12)

  • Pero ¿cómo invocarán al Señor sin haber creído en él? Y ¿cómo podrán creer si no han oído hablar de él? Y ¿cómo oirán si no hay quien lo proclame? (Carta a los Romanos 10, 14)

  • Entonces debo preguntar: ¿Es posible que Dios haya rechazado a su pueblo? ¡Por supuesto que no! Yo también soy israelita, descendiente de Abrahán y de la tribu de Benjamín. (Carta a los Romanos 11, 1)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina