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ellos comerán tu cosecha y tu pan, devorarán a tus hijos y a tus hijas, se comerán tus carneros y tus vacas, tus viñas y tus higos, destruirán tus plazas fuertes en las que tanto confías. (Jeremías 5, 17)
Porque de la misma manera, me dijo, los hijos de Israel comerán un pan impuro en medio de las naciones donde los dispersaré". (Ezequiel 4, 13)
Luego me dijo: "Mira, hijo de hombre, cómo dejo sin pan a Jerusalén. En su angustia comerán pan que les será contado, y en su temor beberán agua que les será racionada. (Ezequiel 4, 16)
Y luego dirás a propósito de los señores de Jerusalén: Esta palabra de Yavé está destinada a los habitantes de Jerusalén, a todos los que están todavía en la tierra de Israel: Comerán su pan en medio de la angustia, beberán su agua en medio de su tristeza, porque su país será desolado, privado de sus riquezas a causa de la violencia de sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)
Pero harán como lo hago yo, no se taparán la barba, no comerán el pan que les lleven los vecinos, (Ezequiel 24, 22)
Pues bien, por eso, te voy a entregar en manos de los hijos de Oriente; vendrán a acampar en tu tierra, en ella instalarán sus tiendas, comerán tus frutos y tomarán tu leche. (Ezequiel 25, 4)
Comerán la carne de los guerreros, beberán la sangre de los jefes de la tierra: ¡hay muchos carneros, corderos, chivos y toros gordos de Basán! (Ezequiel 39, 18)
Los sacerdotes no comerán ningún animal reventado o desgarrado, sea ave o cuadrúpedo. (Ezequiel 44, 31)
El día catorce del primer mes será para ustedes la fiesta de Pascua; durante siete días comerán pan sin levadura. (Ezequiel 45, 21)
Echaré a perder su viña y sus higueras, pues ella decía : «Son mi salario, me las han dado mis amantes.» Las dejaré como terreno baldío, y se las comerán los animales. (Oseas 2, 14)
Comerán, pero sin quedar satisfechos; se prostituirán, pero no ganarán nada, porque han traiciondo a Yavé. (Oseas 4, 10)
Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros. (Oseas 8, 7)
