Katolička Biblija
 

Isaías, 31

7. En ese día cada uno de ellos tirará sus ídolos de plata o de oro, todos los ídolos que ustedes se han hecho.

Stihovi vezani uz Isaías, 31:

Isaías 31 habla sobre la confianza de los hijos de Israel en alianzas con otros pueblos y no en Dios, y la consecuencia de ello. El capítulo advierte que el Señor es poderoso para salvar y que los israelitas deben confiar en él en lugar de confiar en alianzas humanas. A continuación hay cinco versículos relacionados con los temas abordados en Isaías 31:

Salmo 20:7 - "Algunos autos de confianza, algunos en caballos; nosotros, mencionaremos el nombre del Señor nuestro Dios". Este versículo destaca la importancia de la confianza en Dios en lugar de confiar en las fuerzas humanas, al igual que Isaías 31.

Proverbios 21:31 - "El caballo se prepara para el día de la batalla, pero la victoria proviene del Señor". Al igual que Isaías 31, este versículo destaca la importancia de confiar en Dios para la victoria en lugar de confiar en las fuerzas humanas.

Jeremías 17:5-6 - "Así dice el Señor: ¡maldita sea, el hombre que confía en el hombre, y hace que la carne sea el brazo y separe su corazón del Señor! Porque será como el arbusto solitario en el desierto, y Will no ver cuándo viene el bien; antes, vivirá en los lugares secos del desierto, en la tierra salada e inhabitable ". Este versículo advierte contra confiar a los hombres y la carne en lugar de confiar en Dios.

Oseas 14:3 - "Asiria no nos salvará; no montaremos en caballos, y a la obra de nuestras manos ya no decimos: Tú eres nuestro Dios; porque en ti el huérfano alcanza la misericordia". Este versículo destaca la importancia de confiar en Dios en lugar de depender de las alianzas humanas.

Zacarías 4:6 - "No por la fuerza o la violencia, sino por mi espíritu, dice el Señor de los anfitriones". Este versículo destaca la importancia de confiar en el poder del Espíritu Santo en lugar de depender de las fuerzas humanas, así como Isaías 31 advierte contra la confianza de las alianzas humanas.





“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina