21. Les dijeron: «Estos hombres son gente pacífica. Dejemos que se establezcan aquí y se muevan libremente por nuestra tierra. Nuestro país es extenso, y hay mucho lugar para ellos. Nosotros nos casaremos con sus hijas y les daremos las nuestras como esposas a ellos,





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina