28. Así, pues, Jeremías quedó en el patio de la guardia hasta el día en que fue tomada Jerusalén.





“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina