4. El escudo de sus valientes está enrojecido, sus guerreros visten de púrpura; los carros relucen con el fuego de los aceros mientras se los dispone para el combate; y los conductores se enardecen.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina