Löydetty 174 Tulokset: decía

  • El rey estaba entonces charlando con Guejazí, el criado del hombre de Dios, y le decía: "Cuéntame todos los milagros que ha hecho Eliseo". (II Reyes 8, 4)

  • Eliseo estaba enfermo de muerte. Joás, rey de Israel, fue a visitarlo; al verlo, se echó a llorar y decía: "¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel!". (II Reyes 13, 14)

  • David se decía: "Mi hijo Salomón es todavía joven y tierno, y la casa que tiene que edificar al Señor ha de ser famosa en todo el mundo por su esplendor y grandeza. Quiero dejarle hechos los preparativos". (I Crónicas 22, 5)

  • Salomón trasladó a la hija del Faraón de la ciudad de David al palacio que había construido para ella, pues se decía: "Una mujer mía no puede habitar en el palacio de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el arca del Señor son lugares santos". (II Crónicas 8, 11)

  • Sedecías, hijo de Canaaná, se había hecho unos cuernos de hierro y decía: "Esto dice el Señor: Con éstos acornearás tú a los sirios hasta exterminarlos". (II Crónicas 18, 10)

  • Miqueas contestó: "He visto a todo Israel disperso por los montes como rebaño sin pastor. El Señor decía: Éstos no tienen dueño; que cada uno vuelva en paz a su casa". (II Crónicas 18, 16)

  • El rey de Israel dijo a Josafat: "¿No te decía yo que no me profetizaba bienes, sino males?". (II Crónicas 18, 17)

  • Y el Señor decía: ¿Quién seducirá a Ajab, rey de Israel, para que vaya y muera en Ramot de Galaad? Y uno proponía una cosa y otro otra. (II Crónicas 18, 19)

  • Recibió un escrito del profeta Elías, que le decía: "Esto dice el Señor, Dios de tu padre David: Por no haber seguido la conducta de tu padre Josafat, ni la de Asá, rey de Judá, (II Crónicas 21, 12)

  • Ofreció sacrificios a los dioses de Damasco, que lo habían derrotado, pues se decía: "Puesto que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, voy a ofrecerles sacrificios para que me ayuden también a mí". Pero éstos fueron la causa de su ruina y de la de todo Israel. (II Crónicas 28, 23)

  • Josías, sin embargo, no quiso ceder, e incluso se preparaba para atacarlo, sin dar oídos a lo que Necó decía en nombre de Dios. Avanzó y presentó batalla en el valle de Meguido. (II Crónicas 35, 22)

  • Se decía: "Al rey Darío: ¡Paz perfecta! (Esdras 5, 7)


“Leve Deus aos doente; valera’ mais do que qualquer tratamento!” São Padre Pio de Pietrelcina