Löydetty 351 Tulokset: nuestros

  • Moisés insistió: «Por favor, no os dejes; tú conoces los sitios donde acampar en el desierto; tú serás nuestros ojos. (Números 10, 31)

  • En cambio ahora tenemos el alma seca. No hay de nada. Nuestros ojos no ven más que el maná.» (Números 11, 6)

  • El pueblo protestó contra Moisés, diciéndole: «Ojalá hubiéramos perecido igual que perecieron nuestros hermanos delante de Yahveh. (Números 20, 3)

  • ¿Por qué habéis traído la asamblea de Yahveh a este desierto, para que muramos en él nosotros y nuestros ganados? (Números 20, 4)

  • Nuestros padres bajaron a Egipto y nos quedamos en Egipto mucho tiempo. Pero los egipcios nos trataron mal, a nosotros igual que a nuestros padres. (Números 20, 15)

  • Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron: «Podemos construir aquí rediles para nuestras ovejas y ciudades para nuestros niños. (Números 32, 16)

  • Pero nosotros tomaremos las armas a la cabeza de los israelitas, hasta que los introduzcamos en sus lugares, mientras que nuestros hijos de quedarán en las plazas fuertes, al abrigo de los habitantes del país. (Números 32, 17)

  • Nuestros hijos, nuestras mujeres, nuestros rebaños y todo nuestro ganado, se quedarán aquí en las ciudades de Galaad. (Números 32, 26)

  • Y cuando llegue el jubileo para los israelitas, se añadirá la herencia de ellas a la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer y se restará su herencia de la herencia de la tribu de nuestros padres.» (Números 36, 4)

  • ¿Adónde vamos a subir? Nuestros hermanos nos han descorazonado al decir: Es un pueblo más grande y corpulento que nosotros, las ciudades son grandes y sus murallas llegan hasta el cielo. Y hasta anaquitas hemos visto allí.» (Deuteronomio 1, 28)

  • Pasamos, pues, al lado de nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, por el camino de la Arabá, de Elat y de Esyón Guéber; después cambiando de rumbo, tomamos el camino del desierto de Moab. (Deuteronomio 2, 8)

  • No con nuestros padres concluyó Yahveh esta alianza, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoy aquí, todos vivos. (Deuteronomio 5, 3)


“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina