Löydetty 1955 Tulokset: ellos

  • Lo tuvieron a bien, y debían hacérselo; pues si los gentiles han participado en sus bienes espirituales, ellos a su vez deben servirles con sus bienes temporales. (Romanos 15, 27)

  • Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no soy solo en agradecérselo, sino también todas las Iglesias de la gentilidad; (Romanos 16, 4)

  • Saludad a Asíncrito y Flegonta, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. (Romanos 16, 14)

  • Saludad a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, lo mismo que a Olimpas y a todos los santos que están con ellos. (Romanos 16, 15)

  • Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, (Romanos 16, 17)

  • a la Iglesia de Dios que está en Corinto: a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro, de nosotros y de ellos (I Corintios 1, 2)

  • Mas, si te casas, no pecas. Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos trendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitaros. (I Corintios 7, 28)

  • Pero la mayoría de ellos no fueron del agrado de Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. (I Corintios 10, 5)

  • Estas cosas sucedieron en figura para nosotros para que no codiciemos lo malo como ellos lo codiciaron. (I Corintios 10, 6)

  • No os hagáis idólatras al igual de algunos de ellos, como dice la Escritura: «Sentóse el pueblo a comer y a beber y se levantó a divertirse.» (I Corintios 10, 7)

  • Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron y cayeron muertos 23.000 en un solo día. (I Corintios 10, 8)

  • Ni tentemos al Señor como algunos de ellos le tentaron y perecieron víctimas de las serpientes. (I Corintios 10, 9)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina