Löydetty 1955 Tulokset: ellos

  • En aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos. (Apocalipsis 9, 6)

  • Ellos son los dos olivos y los dos candeleros que están en pie delante del Señor de la tierra. (Apocalipsis 11, 4)

  • Los habitantes de la tierra se alegran y se regocijan por causa de ellos, y se intercambian regalos, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra. (Apocalipsis 11, 10)

  • Pero, pasados los tres días y medio, un aliento de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusireon de pie, y un gran espanto se apoderó de quienes los contemplaban. (Apocalipsis 11, 11)

  • pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. (Apocalipsis 12, 8)

  • Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte. (Apocalipsis 12, 11)

  • Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.» (Apocalipsis 12, 12)

  • porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas y tú les has dado a beber sangre; lo tienen merecido.» (Apocalipsis 16, 6)

  • Están todos de acuerdo en entregar a la Bestia el poder y la potestad que ellos tienen. (Apocalipsis 17, 13)

  • Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20, 4)

  • Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios - con - ellos, será su Dios. (Apocalipsis 21, 3)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina