Löydetty 367 Tulokset: Altar

  • después de lavar en agua las entrañas y las patas, Moisés quemó todo el carnero en el altar, como holocausto de calmante aroma, manjar abrasado para Yahveh, como Yahveh había mandado a Moisés. (Levítico 8, 21)

  • Después Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón, les untó con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho; y derramó la sangre sobre el altar, todo en derredor. (Levítico 8, 24)

  • Moisés lo recibió de sus manos y lo quemó en el altar, encima del holocausto. Era el sacrificio de investidura, calmante aroma, manjar abrasado en honor de Yahveh. (Levítico 8, 28)

  • Después Moisés tomó óleo de la unción y sangre de la que había encima del altar, roció a Aarón y sus vestiduras de sus hijos. Así consagró a Aarón y sus vestiduras, así como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos. (Levítico 8, 30)

  • Después Moisés dijo a Aarón: «Acércate al altar, ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, y haz la expiación por ti mismo y por tu casa; presenta también la ofrenda del pueblo y haz la expiación por ellos, como Yahveh lo ha prescrito.» (Levítico 9, 7)

  • Acercóse, pues, Aarón al altar e inmoló el becerro del sacrificio por su propio pecado. (Levítico 9, 8)

  • Los hijos de Aarón le presentaron la sangre; y él, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los cuernos del altar y derramó la sangre al pie del altar. (Levítico 9, 9)

  • Luego quemó sobre el altar el sebo, los riñones y lo que queda junto al hígado de la víctima por el pecado, como Yahveh había mandado a Moisés; (Levítico 9, 10)

  • Después inmoló la víctima del holocausto y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, que derramó sobre todos los lados del altar. (Levítico 9, 12)

  • Le presentaron la víctima del holocausto en trozos, juntamente con la cabeza, y lo quemó todo sobre el altar. (Levítico 9, 13)

  • Y habiendo lavado las entrañas y las patas, las quemó encima del holocausto sobre el altar. (Levítico 9, 14)

  • Además presentó lo oblación. Tomando un puñado de ella, la quemó en el altar encima del holocausto de la mañana. (Levítico 9, 17)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina