Löydetty 94 Tulokset: quienes
Exasperados por los animales que los hacían sufrir y viéndose castigados por aquellos a quienes tenían por dioses, reconocieron como Dios verdadero al que antes se negaban a conocer. Por eso se abatió sobre ellos todo el rigor de la condena. Es así, que cayó sobre ellos el peor de los castigos. (Sabiduría 12, 27)
Porque no es el poder de aquellos por quienes se jura, sino el justo castigo reservado a los pecadores, lo que recae siempre sobre la transgresión de los injustos. (Sabiduría 14, 31)
Pero merecían estar privados de la luz y prisioneros de las tinieblas los que habían retenido cautivos a tus hijos, por quienes debía transmitirse al mundo la luz incorruptible de la Ley. (Sabiduría 18, 4)
El que teme al Señor honra a su padre y sirve como a sus dueños a quienes le dieron la vida. (Eclesiástico 3, 7)
Muchos consideran el préstamo como una ganga y ponen en aprietos a quienes los han ayudado. (Eclesiástico 29, 4)
Detrás de los postes de la puerta has colocado tu memorial; te has desnudado, bien lejos de mí, y has subido al lecho que habías tendido; has hecho un trato con uno de esos con quienes te gusta acostarte, y has contemplado la insignia. (Isaías 57, 8)
¿Quiénes son esos que vuelan como una nube, como palomas a su palomar? (Isaías 60, 8)
Y aquellos a quienes ellos profetizan, serán arrojados por las calles de Jerusalén, a consecuencia del hambre y de la espada, sin que haya nadie para enterrarlos, ni a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos ni a sus hijas. Yo derramaré sobre ellos su propia maldad. (Jeremías 14, 16)
En cuanto a ti, Pasjur, tú y todos los que habitan en tu casa irán al cautiverio: llegarás a Babilonia y allí morirás, y allí serás enterrado, tú y todos tus amigos a quienes les has profetizado falsamente". (Jeremías 20, 6)
si no escuchan las palabras de mis servidores los profetas, que yo les envío incansablemente y a quienes ustedes no han escuchado, (Jeremías 26, 5)
La carta fue llevada por Eleasá, hijo de Safán, y por Guemarías, hijo de Jilquías, a quienes Sedecías, rey de Judá, había enviado a Babilonia, para entrevistarse con Nabucodonosor, rey de Babilonia. Esa carta decía: (Jeremías 29, 3)
Y ellos darán origen a una maldición que repetirán todos los deportados de Judá en Babilonia: "¡Que el Señor te trate como a Sedecías y como a Ajab, a quienes el rey de Babilonia hizo asar en el fuego!", (Jeremías 29, 22)