Löydetty 1190 Tulokset: fin del reino de Judá

  • Dijo también: «¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? (Lucas 13, 20)

  • Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. (Lucas 13, 28)

  • Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. (Lucas 13, 29)

  • Al oír estas palabras, uno de los invitados le dijo: «¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!». (Lucas 14, 15)

  • La Ley y los Profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se proclama el Reino de Dios, y todos tienen que esforzarse para entrar en él. (Lucas 16, 16)

  • Los fariseos le preguntaron cuándo llegaría el Reino de Dios. Él les respondió: «El Reino de Dios no viene ostensiblemente, (Lucas 17, 20)

  • y no se podrá decir: "Está aquí" o "Está allí". Porque el Reino de Dios está entre ustedes». (Lucas 17, 21)

  • Entonces Jesús los hizo llamar y dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. (Lucas 18, 16)

  • Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». (Lucas 18, 17)

  • Viéndolo así, Jesús dijo: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios! (Lucas 18, 24)

  • Sí, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios». (Lucas 18, 25)

  • Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos, por el Reino de Dios, (Lucas 18, 29)


“É loucura fixar o olhar no que rapidamente passa”. São Padre Pio de Pietrelcina