Löydetty 240 Tulokset: algunos

  • Cuando el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Négueb, supo que Israel llegaba por el camino de Atarím, lo atacó y se llevó algunos prisioneros. (Números 21, 1)

  • Entonces Moisés dijo al pueblo: "Que algunos de ustedes se equipen para el combate y ataquen a Madián, para ejecutar contra ellos la venganza del Señor. (Números 31, 3)

  • Nebo, Baal Meón -algunos nombres fueron cambiados- y Sibmá: ellos pusieron sus propios nombres a las ciudades reedificadas. (Números 32, 38)

  • Pero ustedes se acercaron a mí para decirme: "Enviemos delante de nosotros algunos hombres para que exploren la región y nos informen sobre el camino que debemos tomar y sobre las ciudades a las que debemos entrar". (Deuteronomio 1, 22)

  • Cuando salgas a combatir contra tus enemigos, y el Señor, tu Dios, los ponga en tus manos, si tomas algunos prisioneros (Deuteronomio 21, 10)

  • Y cuando Josué y los israelitas los derrotaron por completo, hasta aniquilarlos -sólo algunos fugitivos habían escapado de ellos y se habían refugiado en las ciudades fortificadas- (Josué 10, 20)

  • y no quedó un solo anaquita en territorio de Israel. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gad y en Asdod. (Josué 11, 22)

  • Pero los danitas respondieron: "¡No nos levantes la voz! De lo contrario, algunos hombres irascibles acometerán contra ustedes y entonces perderán la vida, tú y tu familia". (Jueces 18, 25)

  • y entonces ellos presentarían batalla. Cuando Benjamín comenzó a matar a algunos israelitas, unos treinta hombres en total, pensó: "Ya los tenemos completamente derrotados, como en el primer combate". (Jueces 20, 39)

  • Sin embargo, mantendré a algunos de tus descendientes cerca de mi altar, para que se consuman tus ojos y se desgaste tu vida; pero todos los vástagos de tu casa morirán en la flor de la edad. (I Samuel 2, 33)

  • Pero algunos hombres ruines dijeron: "¡Qué va a salvarnos este!". Así lo despreciaron y no le ofrecieron ningún presente. (I Samuel 10, 27)

  • Y algunos hebreos cruzaron el Jordán, hacia el país de Gad y de Galaad. Saúl estaba todavía en Guilgal, y todo el pueblo temblaba de miedo detrás de él. (I Samuel 13, 7)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina