Löydetty 243 Tulokset: visto
Y luego se preguntan: «¿Por qué será?» Porque Yavé ha visto cómo tú traicionas a la esposa que tomaste cuando joven. Ella ha sido tu compañera y con esta mujer te habías comprometido. (Malaquías 2, 14)
preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.» (Evangelio según San Mateo 2, 2)
Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. (Evangelio según San Mateo 2, 9)
¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. (Evangelio según San Mateo 2, 10)
La gente que vivía en la oscuridad ha visto una luz muy grande; una luz ha brillado para los que viven en lugares de sombras de muerte. (Evangelio según San Mateo 4, 16)
Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. La gente quedó maravillada y todos decían: «Jamás se ha visto cosa igual en Israel.» (Evangelio según San Mateo 9, 33)
En verdad les digo: algunos que están aquí presentes no pasarán por la muerte sin antes haber visto al Hijo del Hombre viniendo como Rey.» (Evangelio según San Mateo 16, 28)
La gente quedó asombrada, y todos glorificaban a Dios diciendo: «Nunca hemos visto nada parecido.» (Evangelio según San Marcos 2, 12)
Jesús les dijo: «En verdad se lo digo: algunos de los que están aquí presentes no conocerán la muerte sin que ya hayan visto el Reino de Dios viniendo con poder.» (Evangelio según San Marcos 9, 1)
Cuando bajaban del cerro, les ordenó que no dijeran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. (Evangelio según San Marcos 9, 9)
Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que hacía uso de tu nombre para expulsar demonios, y hemos tratado de impedírselo porque no anda con nosotros.» (Evangelio según San Marcos 9, 38)
Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no le creyeron. (Evangelio según San Marcos 16, 11)