Löydetty 240 Tulokset: nación santa

  • Así habla Yavé: «Un pueblo viene del norte, una gran nación se ha puesto en marcha desde lo más lejano de la tierra. (Jeremías 6, 22)

  • Diles, entonces, esto: Esta es la nación que no ha escuchado la voz de Yavé, su Dios, ni ha querido aprender. La fidelidad ha muerto, ha desaparecido de su boca. (Jeremías 7, 28)

  • A veces yo hablo respecto de algún reino o de alguna nación, amenazando con destruir y arrancar. (Jeremías 18, 7)

  • Otras veces, yo hablo respecto de alguna nación, o de algún reino, prometiendo edificar y plantar. (Jeremías 18, 9)

  • Y cuando la gente de cualquiera nación pase frente a esta ciudad se preguntarán unos a otros: «¿Por qué Yavé habrá tratado así a esta gran ciudad?», (Jeremías 22, 8)

  • voy a mandar a buscar a una nación del norte, dice Yavé, y la echaré contra este país y sus habitantes; los maldeciré y los convertiré para siempre en motivo de espanto, de burla y de vergüenza. (Jeremías 25, 9)

  • Pero, cuando se cumpla este tiempo, castigaré al rey de Babilonia y a su nación por sus crímenes; castigaré al país de los caldeos, dejándolo abandonado para siempre. (Jeremías 25, 12)

  • Y tú les comunicarás todas estas cosas y les dirás: Ruge Yavé desde lo alto, y grita desde su santa morada. Ruge con fuerza contra su corral y lanza gritos como los que pisan la uva en el lagar. A todos los habitantes de la tierra, hasta el fin del mundo, ha llegado el eco de su voz. (Jeremías 25, 30)

  • Y añade Yavé: La catástrofe se extiende de nación en nación, y una tempestad inmensa estalla desde los confines de la tierra. (Jeremías 25, 32)

  • A la nación o reino que no se someta a Nabucodonosor, rey de Babilonia, ni agache su cabeza bajo el yugo del rey de Babilonia, los castigaré, dice Yavé, con espada, hambre y peste, hasta que los ponga en sus manos. (Jeremías 27, 8)

  • Pero a la nación que doble su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y le obedezca, la dejaré tranquila en su suelo, dice Yavé, y lo cultivará y vivirá en él.» (Jeremías 27, 11)

  • ¿Acaso quieres morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste, como Yavé lo ha amenazado a la nación que no quiera obedecer al rey de Babilonia? (Jeremías 27, 13)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina