Löydetty 392 Tulokset: judíos

  • El que se había propuesto pagar el tributo debido a los romanos con la venta de los judíos, afirmaba ahora que éstos eran invencibles e invulnerables, pues tenían a Alguien que luchaba por ellos siempre que obedecieran las leyes prescritas por él. (2 Macabeos 8, 36)

  • Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir. Mandó al conductor de su carro que apresurara la marcha y no parara hasta terminar el viaje. Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.» (2 Macabeos 9, 4)

  • Enfurecido contra los judíos, dio orden de apresurar aún más la marcha. Pero, como su carro corría muy fuerte, Antíoco cayó y se le descompuso todo el cuerpo. (2 Macabeos 9, 7)

  • Ofrecía además igualar con los atenienses a aquellos judíos a los cuales había negado sepultura y que habían de ser arrojados junto con sus hijos a las fieras. Había saqueado el Templo y profanado el lugar sagrado. (2 Macabeos 9, 15)

  • Todavía más; como ni aun así disminuían sus dolores, porque había caído sobre él el justo juicio de Dios, desesperado por su salud, escribió a los judíos esta carta suplicante, diciéndoles: (2 Macabeos 9, 18)

  • «A los honrados ciudadanos judíos, mucha salud, prosperidad y bienestar de parte del rey y general Antíoco. (2 Macabeos 9, 19)

  • Por votación pública decidieron que la nación entera de los judíos conmemorara todos los años este acontecimiento. (2 Macabeos 10, 8)

  • Pues bien, Tolomeo, llamado Macrón, fue el primero en hacerles justicia a los judíos, y, conmovido por las injusticias que con ellos se cometían, trató de solucionarles satisfactoriamente todos sus problemas. (2 Macabeos 10, 12)

  • Fue entonces cuando Gorgias, nombrado general de aquellas regiones, comenzó a pagar tropas que hostigasen sin tregua a los judíos. (2 Macabeos 10, 14)

  • Entonces, también los idumeos, dueños de fortalezas muy importantes, hostigaban a los judíos y, acogiendo a los fugitivos de Jerusalén, procuraban prolongar la guerra. (2 Macabeos 10, 15)

  • Timoteo, que había sido vencido antes por los judíos, reunió numerosas fuerzas extranjeras y un gran número de caballos traídos de Asia y se presentó con la intención de conquistar Judea por las armas. (2 Macabeos 10, 24)

  • En lo más encarnizado de la batalla se aparecieron desde el cielo a los enemigos cinco hombres resplandecientes que, montados sobre caballos con bridas de oro, encabezaban a los judíos. (2 Macabeos 10, 29)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina