Löydetty 310 Tulokset: dijeron

  • Los exploradores le dijeron a su regreso: «No es necesario que se movilice todo el ejército; unos dos o tres mil hombres son suficientes para conquistar la ciudad. Es inútil cansar a todo el pueblo, pues esa gente es poco numerosa.» (Josué 7, 3)

  • Fueron hacia Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron: «Venimos de lejanas tierras para pactar con ustedes.» (Josué 9, 6)

  • Los dirigentes y demás habitantes de nuestro pueblo nos dijeron: Provéanse de alimentos para un largo viaje, ubíquenlos y díganles: Servidores somos de ustedes; hagan alianza con nosotros. (Josué 9, 11)

  • Se lo dijeron a Josué: «Hallamos a los cinco reyes; están escondidos en la cueva de Maquedá.» (Josué 10, 17)

  • Los hijos de José se dirigieron a Josué, y le dijeron: «¿Por qué nos has dado una sola parte y una sola provincia, siendo que somos un pueblo tan numeroso, por la gracia de Yavé?» (Josué 17, 14)

  • En Silo, en el país de Canaán, les dijeron lo siguiente: «Yavé mandó por medio de Moisés que se nos dieran ciudades para habitar y campos para alimentar nuestro ganado.» (Josué 21, 2)

  • Estos se dirigieron a Galaad y dijeron a los hijos de Rubén, de Gad y a los de la media tribu de Manasés: (Josué 22, 15)

  • La gente de Rubén y de Gad llamaron al altar que habían edificado «Testigo», pues dijeron: «Este altar es testigo de que Yavé es Dios.» (Josué 22, 34)

  • Entonces los de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: «Ayúdennos a conquistar la parte del país que nos corresponde y, después, conquistaremos juntos la de ustedes.» Así que empezaron la guerra juntos. (Jueces 1, 3)

  • y éstos, divisando a un hombre que salía de la ciudad, le dijeron: «Dinos cómo se puede penetrar en la ciudad, y no te mataremos.» (Jueces 1, 24)

  • Después que se fue, llegaron los servidores y vieron que las puertas de la galería alta tenían puesto el cerrojo. Se dijeron: Seguro que está haciendo sus necesidades en la galería fresca. (Jueces 3, 24)

  • Zebaj y Salmuná dijeron entonces: «Levántate tú y mátanos, porque, según es el hombre, es su valentía.» Gedeón se levantó y los mató a los dos, y tomó para sí los adornos que sus camellos llevaban al cuello. (Jueces 8, 21)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina