Löydetty 72 Tulokset: alta

  • Esto dice Yavé: Yo mismo sacaré del cedro una patilla y la plantaré en una montaña alta y segura. (Ezequiel 17, 22)

  • La plantaré en una alta montaña de Israel, se desarrollará, dará frutos y se convertirá en un cedro magnífico; bajo él descansarán aves de todas las especies, se cobijarán a la sombra de sus ramas. (Ezequiel 17, 23)

  • Los hice entrar en el país que les había prometido con juramento, pero inmediatamente, en cualquier alta colina, bajo cualquier árbol verde, se pusieron a ofrecer sacrificios, a depositar perfumes de incienso y a hacer libaciones. (Ezequiel 20, 28)

  • Sí, en mi montaña santa, en una alta montaña de Israel, dice Yavé, toda la casa de Israel vendrá a rendirme homenaje. Allí recibiré y aguardaré sus ofrendas, las primicias de todo lo que me presenten, de todo lo que me consagren. (Ezequiel 20, 40)

  • Con ellos me engañó, con esos asirios de clase alta. Ardía de amor por ellos, y al mismo tiempo se ensuciaba con sus ídolos. (Ezequiel 23, 7)

  • Tus fronteras estaban en alta mar y tus fundadores quisieron que fueras muy hermosa. (Ezequiel 27, 4)

  • tus remeros te llevaron a alta mar, y luego, en medio del mar, el viento del este te hizo volcar. (Ezequiel 27, 26)

  • Mediante visiones divinas, me condujo al país de Israel y me depositó en una montaña muy alta. En la ladera me pareció ver las construcciones de una ciudad. (Ezequiel 40, 2)

  • Entonces toda la asamblea exclamó en alta voz bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él. (Daniel 13, 60)

  • En cuanto abrieron la puerta, el rey echó una mirada a la mesa y gritó en alta voz: «¡Grande eres, Bel, y en ti no hay engaño!» (Daniel 14, 18)

  • Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo. (Evangelio según San Mateo 4, 5)

  • y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (Evangelio según San Lucas 1, 42)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina