Löydetty 252 Tulokset: Piedra viva

  • Pues mientras viva éste, no estarán seguros tú, ni tu reino; así que manda a buscarlo y tráemelo acá; porque tiene que morir.» (1 Samuel 20, 31)

  • ¿No fue una mujer la que mató a Abimelec, hijo de Jerubaal, lanzán dole una piedra de molino desde lo alto de la muralla, en Tebés? ¿Por qué se han acercado a la muralla?» Entonces tú dirás: También murió tu servidor Urías, el heteo.» (2 Samuel 11, 21)

  • Le quitó al dios Milcom su corona, que pesaba treinta kilos, y puso de adorno en su turbante una piedra pre ciosa que allí había. El botín que llevó de la ciu dad fue enorme. (2 Samuel 12, 30)

  • Jusay, el arquita, amigo de David, le vino a saludar: «¡Viva el rey!» (2 Samuel 16, 16)

  • Estaban junto a la gran piedra que hay en Gabaón cuando Amasá se presentó ante ellos. Joab vestía un traje militar y sobre él llevaba ceñida al costado una espada en su vaina; aquélla se salió y quedó colgando. (2 Samuel 20, 8)

  • ¡Viva Yavé! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Alabado sea Dios, mi Salvador!, (2 Samuel 22, 47)

  • Cierto día, Adonías hizo un sacrificio de corderos, bueyes y terneros gordos, cerca de la piedra de Zojelat, que está junto a la fuente Roguel. Invitó a todos los hijos del rey, sus hermanos, y a todos los funcionarios reales nacidos en Judá; (1 Reyes 1, 9)

  • Betsabé se arrodilló, inclinándose profundamente hasta el suelo, y exclamó: «¡Que viva por siempre mi señor, el rey David!» (1 Reyes 1, 31)

  • En todo el interior, la madera estaba esculpida con figuras de calabazas y guirnaldas de flores. Así, todo era de cedro y no se veía la piedra. (1 Reyes 6, 18)

  • Todos esos edificios eran de piedra selecta, tallada a medida, aserrada por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas. (1 Reyes 7, 9)

  • En el Arca no hay nada fuera de las dos tablas de piedra que Moisés colocó allí en el Horeb, cuando Yavé pactó la Alianza con los israelitas a su salida de Egipto. (1 Reyes 8, 9)

  • Pero, ¿será posible que Dios viva en medio de los hombres? Si los cielos invisibles no pueden contenerte, ¿cómo permanecerás en esta Casa que yo te he contruido? (1 Reyes 8, 27)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina