Jueces, 17
1. Había en los cerros de Efraím un hombre llamado Miqueas.
1. Había en los cerros de Efraím un hombre llamado Miqueas.
Jueces El capítulo 17 relata la historia de un hombre llamado Mica que se convirtió en un ídolo y una casa de dioses. También contrató a un levita para ser su sacerdote privado. Esta historia ilustra la falta de liderazgo espiritual en el momento de los jueces, cuando cada uno hizo lo que él pensó que era correcto en sus propios ojos.
Proverbios 14:12: "Hay una forma en que el hombre parece correcto, pero a mano en los caminos de la muerte". Este verso advierte sobre la ilusión de seguir nuestros propios deseos y deseos, lo que puede conducir a consecuencias desastrosas.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no agites en tu propio entendimiento. Lo reconoce en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Este versículo enfatiza la importancia de confiar en Dios y buscar su voluntad en nuestras vidas en lugar de seguir nuestras propias formas.
Jeremías 10:14: "Cada hombre es estúpido, sin conocimiento; todo orfallería está avergonzado por la imagen tallada; porque sus imágenes son falsas, y en ellas no hay espíritu". Este versículo condena la adoración de los ídolos y enfatiza la importancia de reconocer la verdadera naturaleza de Dios.
Hechos 17:24-25: "El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay, siendo el Señor del Cielo y la Tierra, no habita en los templos hechos por hombres; ni es servido por manos humanas, como de cualquier cosa. necesario; porque él mismo es el que les da vida a todos, respirando y todo "; Este versículo destaca la naturaleza trascendente de Dios y la inutilidad de tratar de limitarlo a objetos o lugares físicos.
Salmo 81:9: "No tendrás otros dioses delante de mí. No harás la imagen de la escultura para ti, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni debajo de la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra". Este verso es un recordatorio de la prohibición de la adoración de los ídolos y la importancia de colocar a Dios primero en nuestras vidas.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina
