5. Entonces, mirándolos indignado y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". La extendió y quedó sana.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina